Tal vez fue primero
el ruido en el aire
que la puerta estallando las
ventanas.
Tal vez las esquirlas del
vidrio
al vuelo, como pájaros nocturnos
tan perdidos
fueron primero
que la explosión violenta.
Quizás fue primero el grito
terrible
que la piel desgarrada.
Como círculos concéntricos de
hedores
como ondas nefastas de un sol
deshilvanado
la pareja cae
y se rompe
los dolores de la infancia
de pie tras las cortinas
observando.
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