viernes, 17 de enero de 2025

El contratista

Vengo a fiscalizar abriles.

 

Con libreta membretada anoto

los grados centígrados al amanecer

para sofocar la nostalgia 

con la que los insomnes recibieron el día;

calculo los metros cúbicos de la lluvia 

que ocultó el llanto de las viudas

y de los huérfanos;

apunto nombre y cédula del ausente

para memorizar la cifra

del silencio;

hago listas eternas para empapelar 

los Ministerios 

con tus tristezas;

clasifico las tragedias ajenas 

para olvidar las mías.

 

Luego, a la hora en punto 

paso mi tarjeta por el lector

y como buen contratista al final de la jornada

me entrego, pleno

a la melancolía.

 

Mañana será otro día

pienso 

mientras la espuma de la cerveza se desliza por el vaso

que refleja un rostro calvo y atribulado

pero soñador

pero sombrío.

 

Mañana será otro día

para seguir sopesando la arena de tus pasos

que se desliza entre mis dedos. 


Me atrevo a comprender a Dios

el contratista mayor.




 

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