Lo que quiero es despoetizar la rosa
enlodar
la luna que al fondo la recorta todavía
para
restituir el color negro absoluto
asfixiante
y que se
pierda de vista su intenso rojo
cuchillo
del color
intuir la
rosa aún vibrante en las manos
sentir
con asco las gotas del rocío
que
insisten en encapsular la noche
ahora
cerrada.
Con mis
dedos como pinzas
prosaicas
explicativas
comenzar
a extirpar las gotículas
para convocar
la aridez perdida
entre los
pétalos
que primero
sangre
la rosa
poética
que, como
un vómito
suelte su
jugo simbólico y lastimero
que
lloren al fondo las envidiosas glicinas
desquiciado
ramillete abierto
donde el
amor no quepa
donde se
derrame la esperanza
de tu
piel devuelta
que toda
el agua de su poesía se seque
sea nuevamente
el lugar del polvo
que no
quede corola para soportar nostalgias
muera la
rosa.
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