miércoles, 22 de febrero de 2023

La transparencia

Funesto océano (y pesado) del pasado

vértigo sediento donde anegan

los corazones calcinados

primavera quemada, ceniza o salitre

polvo mojado quebrando los labios

donde ya no duerme el beso

pájaro mortuorio que ha perdido sus ojos

por mirar tan profundo como su vuelo ordena

canto de los huesos inertes

que recuerdan caminatas ligeras

que ahora son el dolor.

 

Dónde ir a seguir estando solo

como si la soledad pudiera desplazarse

y no fuera el lugar absoluto

el bloque intenso donde siempre soy yo mismo

ya jamás aquella piel que era el rocío

aquel tibio cristal que capturaba dioses

les abría los ojos y creaba sus salmos

y el aroma en que mi niñez jugaba

con tu infancia, a encontrar la melodía

que al sol arrulla

si hoy escucho ese cantar

me desintegro arenoso

como un montículo de polvo

arrumado a la vera del camino:

los autos pasan y corroen mi memoria.

 

Yo ahora soy la transparencia.




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