A veces nace dentro de mis ojos
el crepúsculo del otro
cielo
se abre profundo como
herida que rasga
desde tu hombro derecho
hasta tu hombro izquierdo
y el mundo anochece en tu
espalda
los marineros se guían
con la constelación de tu
pelo
quieren llegar a la arena
de tu sueño
esconder allí tesoros
el puerto es tu boca
serena
que alberga cataclismos
pero también sirenas
voy en la barca y asciendo
por tu espalda
anclaré en el silencio de
tu lengua
allí pronunciaré, por ti,
mi nombre
y seré yo mismo llamado a
tu encuentro
tu pensamiento me dará un
rumbo
nos besaremos en la bruma
de tu aliento
cuando respires me
adentraré a tu alba
y amaneceré al día
siguiente
adentro tuyo
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