Mis manos han sido el santuario
donde tu cuerpo ha hecho sus apariciones
ansiedad de árbol cuyas raíces anidan en el aire
vértigo bendito de tu olor
quedan rastros de hálitos nocturnos
son mensajes o sendas por donde retornará la locura
desde el fondo de mi piel ensortijada
zarpa un pájaro ciego con tus paisajes adentro
no se perderá porque ya está perdido y ese es su destino
al fondo de ti que ya se entrelaza al agua mía
soy yo en gotas mezclándome con el aguacero de tu pelo
pero mis manos insisten en moldear tus densidades
de tu voz mis emisarios retornan a mi oído
tus palabras se conjugan en mi vientre y abren otra senda
por donde podrás retornar cuando perezcas
en este abrazo seguiremos siendo juntos
mausoleo vivo de la entraña de la nube.
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