Te tomé de la mano
esa vez
para construir tu ausencia
así como quien cava un hueco profundo
en su patio
para abrir espacio a su sepulcro.
No me quejo.
El contacto con la tierra, al cavar
me restituía mi naturaleza de polvo
mensajes profundos me enlodaban las manos
tuve una vida plena
mientras preparaba mi muerte.
Hoy recuerdo la vez
que te tomé de la mano
un viaje milenario llegaba a su fin
tu mano y mi mano
al fondo la avenida
átomos nostálgicos se reconocieron
entre el tráfico
una levísima
minúscula
mínima
inconmensurable chispa
imitaba el origen del universo
entre las pieles
¿recuerdas ahora la primera tibieza?
El mundo renacía
a la escala de nuestros cuerpos
al fondo
las gentes
acudían presurosas
a sus asuntos.
No me quejo.
Tuve una vida
una vida antigua
al tomarte de la mano.
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