Surjo de los átomos del aire
(como si la fisión nuclear
que amenaza las edades de
retiro,
agazapada en el Hogar
Presidencial,
hubiera quebrado un poco lo
real
y me hubiera filtrado yo
-humedad-
por entre los átomos del
aire).
Acá estoy,
concreto y real como un
sueño.
Sentado en este confín del
lenguaje
ando feliz contemplando el
océano
porque lo profundo nos
llama
(allí reside la muerte
única dueña de todos los
mensajes).
En este contemplar surjo
de nuevo
hacia adentro de los
átomos del aire.
He visto abrir un
hueco en la realidad:
soy yo viéndome contemplar
el océano.
Somos dos ahora,
humanidad.
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