miércoles, 30 de marzo de 2022

Una clase

 Directo al fulgor del ego la flecha del sol.

 

Pero antes de iluminar la diana

ya había nacido adentro

del corazón oculto del maestro

el mismo hálito de luz

desde la misma estrella.

 

En ese corazón a oscuras

ya el sol

sentía la nostalgia de sus propios rayos.

 

El maestro saludó al grupo,

paseó sus ojos por los rostros

adormilados de los jóvenes,

fue construyendo en ellos

el crepúsculo,

habitaron el abrazo del sol,

la reconciliación del sol

en el centro oculto del corazón del maestro,

que, por momentos,

daba el mismo latir para todos.

 

Fue un destello apenas:

la verdad.

 

Terminada la clase,

la noche cerrada helaba la avenida

pero nadie sintió frío.



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