El dolor brota entre el pecho y la infancia
como la raíz del más frondoso árbol
que taladra nuestra piel y la atraviesa
y acomoda a la fuerza en la garganta
el rizoma enmarañado.
Solo puedes pronunciar la tierra
chupar la lluvia, presentir a lo lejos
paisajes:
eso es el dolor.
Pasado el tiempo y afianzadas las raíces
como la caliptra en tus pupilas
podrás presentir
niños columpiándose en el árbol.
Al fondo, un firmamento que todo lo ha visto
pues todo lo ha sabido desde siempre.
Eso
también es el dolor.
así, vamos por el mundo,
plántulas.
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