jueves, 14 de septiembre de 2023

El teléfono no timbra

Aquí parado todavía 

-marco tallado sobre el vientre

y fríos dientes- miro

casi escondido en este ventanal oscuro

que aún vibra tras los ojos.

 

Ventanal oculto,

la luz parece gemir mientras el día avanza.

Los niños juegan a esta hora

y el sol en ellos es sonrisa.

La mirada verde del gato que me espía,

la felicidad rotunda de la ciudad

entregada hacia la tarde.

Avanzan señoritas

taladrando el aire con jazmines.

Pero mis manos marcan sudorosas

la duración de los presentimientos,

el teléfono no suena casi nunca

y a esta hora su silencio atraviesa

invisible

mis oídos.

Cómo es tu voz cuando no me hablas.

Cuál es el sonido

de tu exacta ausencia en el aire.

Pero si tu voz allá, a lo lejos, lejos

de este ventanal oculto, o cuchillo en el aire,

serpentea el día hacia otros oídos

y dice otras palabras para mustias pasiones

y enciende la piel

y humecta los nervios

y el vientre le entibia

a algún otro ser que yo presiento; 

si todo eso ocurre,

porqué el mundo no acaba

cuál es el mensaje 

de que dure la tarde.




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