martes, 26 de septiembre de 2023

Lenguajes

Hay estertores del diablo salpicando

las paredes grises de este manicomio 

mío

o corazón mío

o mío amor.

 

Entre bufidos y coces, algo me dice

no le escucho

no quiero escucharle

pero mis manos aprietan al aire

tal vez practiquen para futuros dramas.

 

Lo extraño del asunto es que dialogan

la garganta tullida de mi diablo, rojo

-o arrebolado-

con tus sutiles cantarinas griterías

que salen de tus ojos cerrados

como gruesos lagrimones aceitando

aún

tiernas

tragedias.

 

Han de ser tus ángeles niñas

blancas y sutiles harpías

que alimentan desengaños.

 

Oh, agrieras sutiles del amor

cómo viviros sin claudicar a los periódicos.

 

Durmamos, mejor,

y habitemos

mansamente

este silencio que surge

entre las sábanas.




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