¿Cómo encontrar la miel blanca la arena infinita la suave
agua
con la que están hechas las almas
de las olas del mar
y las lágrimas de tu dolor,
tan solitario?
¿Dónde hallar ese calor
que no sofoca,
que salva la desnudez herida por la lluvia
en medio de las selvas solitarias
de las avenidas?
¿Hay un recuerdo,
una cifra,
un enigma resuelto en el envés de la nube más próxima,
aquella que se mezcla a los suspiros de las aves
que planean adentro, muy adentro
en tus ojos vacíos?
¿Qué espiral demiurgo, loco, afilado
o tierno
o sereno
hay en tu vientre
y yo debo encontrarlo
para recibirlo entre mis manos que vibran si las miras?
¿Qué canción oculta
de economías oblicuas
arrullará nuestro beso?
¿Ha germinado ya el árbol cuya sombra
sellará nuestro encuentro?
¿A quién hago estas preguntas?
¿Existes ya,
muerte?
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