domingo, 30 de marzo de 2025

No decir

No decir.

No decir, y entonces, hacer nacer al animal del silencio:

animalito de ojos cerrados

poco a poco va engullendo el aire de la habitación

hasta hacerlo escaso.

 

Con el tiempo, debajo de los ojos, bolsas violáceas

señalan la ausencia de juventud.

Desde hace años, la casa en que vivimos

ha sido su hábitat.

El animal se ha vuelto implacable.

 

No decir.

No decir, y entonces

alimentar hasta el hartazgo al animal del silencio.

Con los años

verlo cómo se ha hecho dueño de la estancia

cómo se ha tragado el fresco de la tarde

y ha dejado una canícula violenta

que hiere la piel y seca los huesos.

 

Solo entonces, mirarlo de frente

sostener sus ojos hambrientos

ver sus afilados dientes

casi disfrutar cómo nos traga.



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