A veces siento llegar hasta mis oídos
-lejano y sutil y nocturno-
el silencio de la selva
el silencio antiguo
el silencio original
con el que Dios callaba
con el que Dios callaba y pensaba en nosotros.
A veces sigo más allá
avanzo por la senda que del silencio emerge
y llego hasta el origen
y siento a Dios-ahí
absoluto
pensándonos
pensándonos
me veo dentro de Dios
pensado por Él.
Luego, avanzan los segundos
y surjo de nuevo
al otro lado
con una hoja
en mi mano.
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