lunes, 15 de mayo de 2023

Arma funesta

Hijo de poemas lejanos

o trasatlánticos varados en el hielo

de la melancolía del ángel.

 

Se asoma este vestigio de la brisa

a decir dos palabras para matizar la tarde:

mientras las pronuncie el tiempo gotea

Pero el silencio detendrá las caricias

y el roce de la piel en la piel que al fuego imita

calentará en la yema de los dedos

los regueros de tinta que suavizan ternuras:

encuentros lejanos, lluvia detenida...

 

La ciudad sigue triste, ya no es mediodía,

¿qué arma funesta hoy me matará

con qué densa máscara o suave melodía

este ensueño, durmiendo, 

se irá?

 







jueves, 11 de mayo de 2023

Bosque oculto

Mandarina oculta entre tus labios secos,

como la sombra del aire

es pleno aroma,

o una oruga que avanza trazando

los secretos de la seda,

anhelando desde ya aquella tarde

del futuro

en que cierto hombre deslice la tela

que el hombro cubre

y lo bese,

pero aún hoy es todavía,

y ese beso se tarda

en la lentitud de la oruga.

 

O es la lluvia que crece

adentro de tu pecho,

donde va a guarecerse

de sí misma.

 

Mandarina prohibida,

fruto del árbol

que aún llevas contigo

como un trofeo un mensaje el código secreto

para los desamparados,

a ti acudimos con el deseo

quemándonos los dedos

tu mirada es muy dura, pero,

presiento el rumor de los guaduales,

a ellos miro mecerse

allende brisas

que tus ojos ocultan.

 

Me dices, alarmada,

acaso ves mi bosque interno.

 

Y mi silencio aterrado me rodea.

 

De repente es la noche en los guaduales,

me siento perdido en este bosque secreto.

 

Un olor lejano a mandarina me guía,

una oruga anhelante se observa en mis ojos

tarde me doy cuenta que soy

solamente

un presentimiento tuyo.

 

Moriré si te despiertas.

 

Y me muero.

 

Olvidarás el sueño que ha sido mi existencia.




miércoles, 10 de mayo de 2023

Competencia

La audiencia fue presencial, es decir,

hubo los cuerpos sudantes,

las miradas furtivas, el aliento.

 

La madre del joven imputado de homicida

se sentó en el extremo izquierdo de la sala.

Su hijo, de ojos grises como asfalto

al final de la tarde,

a la derecha.

 

La madre huérfana de hijo,

es decir,

la madre muerta en vida,

la madre frente a quien

callan los atardeceres,

hacía preguntas.

 

Con esfuerzo, 

contestamos una a una.

 

Las que no tenían respuesta

las traslado a este poema

(por competencia):

 

Por qué

Por qué

Por qué



 

Qué pasaría

En Twitter leí a una joven poeta

lamentar la muerte de su hermana.

Rotuló el deceso como la promesa cumplida

del peor de todos los miedos suyos.

Hubo cascada de abrazos y lamentos.

De Fuerza. Lucha. Sigue.

De Entiendo tu dolor. De acá está el mío.

 

Nadie atinó nunca.

Nadie atina a nada.

 

La chica que definitivamente

se trasladó al aire

era bailarina.

 

Si cerramos los ojos tras el poema

y la imaginamos bailando

¿qué pasaría?

 


Puertas

¿Invento el poema o voy a su encuentro? ¿Y si es el poema el que nos busca?   Tal vez el poema exista desde antes y solo aguarde un ...