jueves, 5 de diciembre de 2024

Réquiem por Horacio Warpola

No sé por qué tu muerte me agrieta un poco más de lo normal

no te conocía, Horacio

(te intuía, sí, tenías que existir, eso seguro

me lo dije muchas veces de camino al trabajo

alguien debe haber

que se la juega

que le diseña un hogar o una trampa

-es lo mismo, en últimas-

a las palabras

y allí se queda nombrándolas

para que no estén solas)

 

no sé por qué tu muerte me carcome

un poco más de lo habitual

todo el tiempo la gente anda muriéndose

y a cada rato se nos muere un poeta

o cinco

o veinticinco

por eso debemos ser tantos, me digo

porque más que el silencio

lo que verdaderamente nos acecha es la muerte

 

será porque te fuiste con la edad que tengo ahora

porque de alguna manera te fuiste

con un mundo muy parecido al mío

sepultaste hoy y para siempre los 42 años

que van desde hoy hacia atrás

a un día perdido de 1982 que hoy ha muerto también

con tu muerte

 

será porque fuiste un verdadero poeta

jamás cerraste los ojos así ardieran así

hogueras fugaces secaran hacia adentro lágrimas de hierro

así quemaran tu piel las caricias ausentes

 

será porque de alguna secreta manera entiendo tu muerte

transito los motivos de tu muerte

entiendo que el revés de los lenguajes

finalmente haló con más fuerza que el aire

y en silencio

se fue tragando tu garganta

al canto que hay detrás de bambalinas

de las lejanas galaxias

porque el envés del átomo perdido

el aroma del silicio y su relámpago virtual

decidieron, por fin

volverte el algoritmo

quiero decir, necesitaban tu ritmo

tu cadencia

tu esencia

 

no sé, querido Horacio, poeta cibernético

poeta de los límites poeta dios pero poeta hombre pero poeta máquina

poeta de las cornisas y las risas

no sé, querido Horacio, no sé

 

la desazón me dice que quedaron muchos versos huérfanos

más de 300 sin quién los de-cantara

y muchos caminos inesperados se esfuman

desde hoy y para siempre

adherencias imposibles para quienes no fueran

Horacio Warpola

objetos impensables

por quien no sea

Horacio Warpola

acaso escucho el silencio con el que desaparecen

un susurro hacia afuera de la magia

una implosión inexistente

un sonido ausente

no sé, Horacio, no sé

nos faltarán tus palabras para seguirte nombrando

 

algo de mí y de nosotros se ha ido con tu muerte

algo como una posibilidad un destino

algo como la fe perdida entre las teclas.

  

Fotografías tomadas de la web. Los créditos a quienes correspondan

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