La célula ora en la noche microscópica
enciende el fuego del plasma y junta cilios como manos
una lluvia mínima golpetea
sus paredes
y empañadas visiones de
otro mundo
se asoman alargadas a lo
lejos.
A quién reza la célula
nerviosa
rodeada a estas horas
de las amenazas del Universo:
desde la hambrienta ameba
y el virus implacable
hasta la bacteria populosa
incluso hasta la nada que
aguarda
hacia adentro de ella
misma
y succiona para llevarla
al otro lado
del ser.
A quién ora la célula
ínfima.
Te ora a ti
que eres su Dios.
Date cuenta, mientras juntas tus manos
como cilios.